Objetivo
Formar
un grupo profesional de jóvenes teatristas, ampliamente involucrados en
todos los aspectos de un proyecto de puesta en escena: actuación,
dirección, dramaturgia, escenografía, producción... pues cada uno de estos
y otros aspectos del quehacer del teatro, son para el laboratorio,
puramente orientaciones de una reflexión semiológica.
Visión
Mantener
un espacio permanente de formación teatral, del
cual derive un constante y diverso proceso de montaje y representación
escénica, como parte de un ciclo de enseñanza y aprendizaje; por otro
lado, desarrollar con grupos de actores avanzados procedentes del
laboratorio, obras que han de ser representadas en temporadas teatrales.
Proceso Didáctico
Debieron
transcurrir mil noches para que una noche el rey Schahariar encontrara la cura de sus síntomas, mil noches y en su lecho Sherezada.
La
semiología es una aventura que comienza, mas no una aventura que concluye. Así cada tópico comienza, cada
obra comienza, pero ninguna concluye; en el mejor de sus casos se cruzan y continúan, vuelven a cruzarse y continúan eternamente;
pues en el momento en que el descubrimiento se detiene, se detiene también
la creación y aprendizaje, se detiene su evolución individual.
El
laboratorio es
una irrestringible aventura que deberá observarse reflejada de unos a otros entre todos.
La teatralidad en su más afortunado destino, ha de ser una comunidad virtuosa,
donde unos y otros aprenden a través de las revelaciones del logos manifiesto en
el acto, sea cual fuere su codificación.
El flujo y tramado de signos y símbolos, significados y significantes,
nos permite desde el primer momento, comenzar un entretejido teorético-teatral, en el cual
fluyen pulsiones individuales, de grupo, así como de la propia sociedad y circunstancia de nuestra actualidad colectiva.
En este punto ya sabemos que el discurso se encuentra prefigurado, más no estático. El
laboratorio es un
discurso en movimiento, su fundamento y práctica se encuentran en el acto del
lenguaje.
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