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Trazar
un puente teorético y práctico entre la semiología, la clínica, la poética y la
creación, en el marco de reflexiones culturales, que propicien la
comprensión de un discurso, una didáctica, una terapéutica y un
proceso creativo, en el orden y naturaleza de lo semiológico, realizando en este sentido un aporte
metodológico.
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Consolidar
la conformación de un 'Coloquio de Semiología', como un espacio destinado
al encuentro entre personas con definidos intereses culturales y
semiológicos, según la prototipicidad de este diplomado.
Visión
¡Te he herido demasiado!, Pobre alma mía silenciosa y tierna. Te lancé al vendaval de las pasiones Sin la coraza puesta. Federico García Lorca. |
Cualquier pretensión de anteponer lo que del hombre y en el hombre es perecedero, a lo que del hombre y en el hombre es inmortal y eterno, sólo causa dolor: dolor espiritual, dolor material, dolor en el campo de las ideas. Cito a S. Freud:
“...Así, en términos generales, cabe aceptar que el individuo muere por
sus propios
conflictos internos, mientras que la especie perece en su lucha estéril
contra el mundo exterior, cuando éste se modifica de tal manera que ya no
puede ser enfrentado con las adaptaciones adquiridas por la especie"[1].
Hay elementos que podrían parecer constantes en las antiguas culturas que
cada vez lo son menos en la de nuestros días. Tenemos nuevas herramientas
tecnológicas, pero algunas herramientas semiológicas se han extraviado,
han cambiado de nombre perdiendo parte de su potencial reflexivo, o
han caído en desuso. Pérdidas inadvertidas, implican síntomas
inadvertidos. Ciertas porciones de los estudios semiológicos se centran en
el pasado, en el pasado hipotético, especulativo y remoto; pero esto es
sólo por que la semiología necesita de otro tiempo y espacio para poder
explicarse (necesita del otro). Así el sencillo acto de la comunicación,
pierde parte de su sentido, si no se está consciente de las posiciones
simbólicas que en él se ejercen.
Gran parte de la tesis de este diplomado se centra en el estudio
especulativo de los símbolos, inmanentes a las culturas que nos preceden.
Así eternidad y trascendencia, valores cuestionados por la modernidad, son
síntomas que nos lanzan al estudio mitológico y cosmogónico de las
antiguas culturas, donde mito y realidad se cofunden (no se confunden).
Budismo, hinduismo,
confusionismo, taoismo, druidismo, mazdeismo, cristianismo, lo mismo que
los vestigios de las culturas mesopotámicas, mesoamericanas o
escandinavas, los elementos de las culturas aborígenes sobrevivientes, son así bibliotecas simbólicas que serán frecuentemente consultadas, en sus
textos, costumbres rituales, filosofías y sistemas conductuales, para
poder comprender que lo perdido, sólo se encuentra extraviado, a unos
cuantos grados de nuestros ojos.
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Este diplomado pues,
como un espacio clínico para el estudio de la semiología, es un puente discursivo en donde sus participantes han de teorizar alrededor de los sistemas simbólicos de diversas culturas, para la comprensión profunda de la nuestra propia
y de la individual, en un proceso donde el reconocimiento simbólico se da
a través de la experiencia de cada participante, pues probablemente lo
extraviado se encuentre no en un lado u otro del puente sino en el medio; mas
el puente es efímero, y por efímero, eterno; pues solamente lo fugitivo
permanece y dura. Diseño del Proceso Didáctico La Palabra en efecto es un don del lenguaje, y el lenguaje no es inmaterial. Es cuerpo sutil, pero es cuerpo. Las palabras están atrapadas en todas las imágenes corporales que cautivan al sujeto... Jaques Lacan[v]. Escritos 1. |
Debieron transcurrir mil noches para que una noche el rey Schahariar encontrara la cura de sus síntomas, mil noches y en su lecho Sherezada. La
semiología es una aventura que comienza, mas no una aventura que concluye. Así cada tópico comienza, cada libro comienza, pero ninguno concluye, en el mejor de sus casos se cruzan y continúan, vuelven a cruzarse y continúan eternamente. En el momento en que el descubrimiento de la
cultura se detiene, se detiene también su creación y aprendizaje, se detiene su evolución individual. El proceso de enseñanza
y aprendizaje es en el más estricto sentido, una irestringible aventura que deberá observarse reflejada de unos a otros entre todos. Los talleres
culturales en su más afortunado destino, han de ser una comunidad virtuosa. Donde unos y otros aprenden a través de las revelaciones del logos manifiesto en
el discurso, sea cual fuere su codificación. El flujo y tramado del las palabras
(signos y símbolos, significados y significantes) nos permiten desde el primer momento, comenzar un entretejido teorético-terapéutico, en el cual
fluyen pulsiones individuales, de grupo, así como de la propia sociedad y circunstancia de nuestra actualidad colectiva. En este punto ya sabemos que el discurso se encuentra prefigurado, más no estático. El diplomado es un
decurso en movimiento, su fundamento y práctica se encuentran en el acto del
lenguaje.
[1] Freud, S. Esquema del Psicoanálisis. |